
Así que como decíamos antes debemos actuar con previsión y hacerlo
antes de llevar por primera vez al animal a este nuevo entorno. Para
hacerlo puedes frotar un paño impregnado con su olor por todas las zonas principales de la casa: puertas, partes bajas de las paredes y de los muebles, ventanas, etc.
Intenta además conservar la posición original de sus cosas en el nuevo hogar,
al menos lo más aproximado posible. Y si tenemos la suerte de tener las
llaves de la nueva casa antes del cambio definitivo, lleva al animal a
hacer visitas a la casa antes del cambio definitivo. De esta manera el
cambio no será tan traumático.
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